Reyes de España

Nombre:

miércoles, junio 21, 2006

Una madre

Querida reina:

Hoy me arranco el corazón del dolor que tengo. Ayer, a una madre a la que le mataron a su hijo y a una hermana a la que le asesinaron a un hermano, las echaron del juicio por llamar hijos de puta a los asesinos que de ellas se reían. Querida reina, acabe ya con esto, no deje que sigamos sufriendo la humillación del derrotado cuando hemos vencido. Cuando no matan porque ya no pueden. Cuando sólo sirven para reirse tras unas vidrieras. Cuando se mean en los pantalones porque la policía los detiene. Cuando vomitan la mala leche que tienen dentro. Querida reina, díga a su abuelo que haga algo, pero que lo haga pronto, que nos duele el alma y el viento nos corta la cara y el sueño.

Siempre he pretendido que estas cartas sean amables. Aún es Vd. muy pequeña para agriarle el carácter. Siempre he deseado verla crecer y, algún día, hacerme monárquico por Vd. Siempre, este que no cree en nada, ha creído creer en Vd. Me he enamorado de vos. De su pelo rubio, de sus ojos gris-azulado perdidos en esos mofletes que me comería a besos. Pero Majestad, o alza Vd. la voz, esa que aún no posee, o estos se preocupan de que no la tenga jamás. Le imploro, ante la Virgen de Atocha, esa misma a la que son presentados todos los de su familia, que acabe con esta ignominia. Hágalo Vd., yo la aprecio y le deseo lo mejor. Besos... reina.

lunes, junio 12, 2006

¿El pasado?

Querida reina:


Hoy deseo contaos una historia que ocurrió hace muchos, pero muchos años en un país, lejano entonces, próximo, tal vez ahora, al menos para mí. En este país, un buen día, decidieron que los judíos no tenían derecho a la palabra, no tenían derecho a la posesión, no tenían derecho a la vida. Primero los desposeyeron de la palabra mientras los golpeaban. Todo estaba permitido contra ellos. El robo, la agresión, el escupitajo, todo, absolutamente todo se permitía si era para vejarlos, para quitarles el ser personas.

Aquél lejano país permitió que los monstruos de la mentira llenaran de cantos de sirena los oídos de las gentes que en él vivían. Aquellos que nunca debieron ordenar, mandaron. Aquellos que nunca debieron existir, fueron. Aquellos que nunca debieron hablar, no callaron nunca. Y fueron escuchados, y creídos y, tal vez, se les siguió con pasión ciega.

Después, la guerra, la muerte, la destrucción, el odio, la perdición y... la vergüenza, la humillación, la derrota. Todo debía olvidarse, todo lo que recordara a ellos debía ser borrado. Aquél lejano país se llamaba Alemania, hoy, en otro, más próximo, se comete lo mismo por no pensar como el presidente que nos gobierna, a vos también. Besos... reina.

martes, junio 06, 2006

Romance

Era Leonor de Aquitania
reina de la morería
primero lo fue de Francia
después, de la mar bravía.
Bueno, no de la mar
de las islas que al norte había.
Reina consorte y con suerte
reina educada y leída
Reina de los muy ingleses
madre de hermanos "celebres".
Te juro que no soy machista
si digo que entre correrías
se tiró a quien no debía
aunque alguna me rechista.
Pero tú, reina marchita
te quedarás sin reinar
por señores que en su día
nos mandamos gobernar.
Reina, sin reino y corona
reina de muy poca altura
reina de moros sin mora
reina de escasa estatura.
Reina que no reinará
reina sin domesticar
reinar que no volverá
a su casa ni a cenar.
Hoy retomo esta bitácora
que nunca debí abandonar
hoy vuelvo al ágora
fría, que siempre quise habitar.
Reina, déjame decirte
dos cosas o una no más
reina, déjame escribirte
algo que no has de olvidar.
Que mañana no ha llegado
que el pasado ya ha pasado
que si reinaste algún día
deja el sueño y la alegría
que Zapatero no quiere
que reines y así porfía
con Carod, con Ibarreche
con terroristas de leche
mala y contaminada
que mataron y que matan
y que si pueden rematan.
¡Reina! detén este drama
que nos dejan sin España
que nos sacan las entrañas
gente de muy baja cama
y vos, que sois gente buena
y aunque pequeña, certera
dejadme que en la postrera
hora de esta muerte cierta
me acerque con la madeja
de Ariadna y os envuelva
para que no os "aprisionen"
los que no quieren que vuelva
el sol, a brillar siquiera
por los campos de mi abuela
que antaño fueron de Huelva
y hoy son cantón de Castuera.

Besos... reina