Reyes de España

Nombre:

lunes, octubre 31, 2005

Carta a quien nunca reinará

Querida futura:
Espero que al motivo de la presente se encuentre Vd. muy bien de salud. Sirva esta primera misiva para darle mi más sincera enhorabuena por haber nacido. El nacimiento es siempre algo lleno de alegría y el suyo, aunque yo no sea monárquico, no lo iba a ser menos. Espero que le haya gustado la luz de España, es bien hermosa, aunque la verdad, supongo que sólo habrá podido ver la de los focos, de todas formas, pronto la verá. Pero debe darse prisa porque le advierto que varios personajillos de por aquí pretenden que no la vea.
Sepa Vd. que tiene un nombre muy hermoso, que una reina consorte francesa e inglesa (creo que era un poco ligera de cascos y se fue con hombres que no eran su marido) lo llevó y, fue ella la que engendró a Ricardo Corazón de León, que digo yo que con ese nombre sería un tipo con los ... puestos donde deben estar. Así que espero que Vd. engendre a criaturas de ese porte porque de no ser así la verdad, se podía Vd. quedar en casa perfectamente.
Por aquí las cosas andan mal, todos estamos cabreados con el presidente que nos tocó tras la rifa del 13-M. Dicen que se parece a Mr. Bean, pero yo no lo creo, me parece que es un bulo que él mismo se ha sacado de la manga para parecer inteligente. El tal Bean es un astrofísico en comparación con él así que vaya usted a saber. Me parece que para cuando le toque reinar será imposible que pueda mandar sobre algo más que la huerta de mi abuelo que era muy, pero que muy monárquico, pero sobre poco más podrá extender sus dominios. Y la verdad, es una lástima porque juntos hemos hecho grandes cosas. Conquistamos el mundo, ¿sabe usted? Descubrimos aquello que todos ignoraban, hicimos grande a la humanidad, fíjese y todo, absolutamente todo, gracias al pundonor de una reina. Eso sí, ella jamás hubiera dejado que Zapatero pusiera sus pies en palacio.
Pues nada, querida futura, que no la molesto más que hoy la tendrán repleta de agasajos y parabienes y no quiero ser un pesado. Muchas gracias por concederme estos minutos y, sobre todo, por prestarme el nombre para el blog. Espero que no se moleste. Duerma bien, y dígale a su abuelo que si puedo mantener el blog. Besos... reina.